Hoy os contaremos la segunda parte de nuestro viaje a Oporto. Como ya os adelantamos …
Hoy os contaremos la segunda parte de nuestro viaje a Oporto. Como ya os adelantamos decidimos ir en coche para poder visitar pueblos cercanos en los que mis padres ya habían estado, y uno sorpresa, de regalo, que mi madre encontró buceando por blogs.
Cambiando de tema, pero es que es algo que me tiene totalmente asombrada y quiero compartirlo. Recuerdo cuando internet llegó a nuestras vidas y mamá Rite se negaba en rotundo a ponerlo en casa, no había forma oiga. No fue hasta que se hizo un poco más popular esto de navegar, cuando por fin, madre del amor hermoso, pasó por el aro e internet entró en nuestra casa (porque no nos engañemos, mi hermana y yo en la uni y mi padre en el curro lo utilizábamos). Pues bien, ¿a qué viene tanto preámbulo? Pues porque ahora mi madre es una devoradora de las olas cibernéticas, el primer día que me habló por el messenger casi me da un infarto y no os digo nada cuando le adjuntó una foto… De ahí a reservar vuelos, buscar viajes,… ha sido un paso.
Bueno, dicho este chascarillo de familia, seguimos con la narración del viaje
AVEIRO Nuestra primera parada extramuros de Oporto, la Venecia de Portugal.
Eso de la Venecia es una exageración como la copa de un pino, pero no hay que restarle su encanto a este precioso pueblo, cuya ría es navegable por unos barcos típicos en los que antiguamente se transportaba las algas y sal que recogían en los humedales cercanos. La visita en barco es totalmente recomendable y asequible, y al menos los barqueros que nos llevaron a nosotros que fueron muy amables.
En uno de los márgenes de la ría tienen unas casas unifamiliares que guardan el estilo típico de épocas anteriores pero en un lenguaje moderno, preciosísimas. Es una de las cosas que más me gustó de este viaje a Portugal, el gusto que tienen por la arquitectura modera sin renunciar a preservar la idea original de la ciudad, de tal forma que queda una magnífica huella de lo que un día fue.
Mamá Rite buscó sitios donde poder comer yacertó de pleno. Comimos en «O legado da Ria», precioso restaurante que se encuentra en la misma plaza del mercado de peixes. Excelente comida, muy buena relación calidad – precio y un trato excepcional. Al final de la comida (arroz de marisco y parrillada de carne, excelente todo, no os digo más) tuvimos una pequeña sobremesa estupenda con el dueño.
MONASTERIO DE BATALHA
Simplemente diré que me sobrecogió. No soy yo muy de gótico, que le vamos a hacer, fui aleccionada y abducida por el «less is more» de Mies Van Der Rohe (traducción simultánea; «menos es más» filosofía de un magnífico arquitecto alemán) y en cuanto a edificios religiosos, sin duda me quedo con el estilo románico, pero oye, este monasterio me gustó mucho.
Su aspecto exterior impone, porque tiene un tamaño considerable, pero sobre todo le ha imprimido un carácter especial el paso del tiempo, un terremoto y los ataques e incendios provocados por las tropas napoleónicas, todo hay que decirlo.
En cuando al interior… ¡maravilloso! Vidrieras hipnotizantes y verticalidad espectacular.
Gótico no recargado ¿Y cómo se come eso?
NAZARÉ
Pueblo pesquero con una playa magnífica tanto a vista de pájaro, en la parte más alta del pueblo a la que podéis acceder con un elevador del siglo pasado, como a pie de playa.
Nos hospedamos en el hotel Magic. Un precioso hotel familiar decorado con un gusto exquisito, muy muy limpio a muy buen precio. Nos encantó, y muy cerquita de la playa. El personal muy amable y atento. Y el desayuno muy completo, que también es importante.
No queremos olvidarnos de «A tasquinha» (do Silvino). Cenamos el último día allí, y no pudimos darle un punto final a nuestro viaje mejor. Comida portuguesa riquísima, si tenéis la oportunidad de ir, dejaos aconsejar por ellos y veréis como acertáis de pleno. El trato muy cercano, nos sentimos muy cómodos. Es un restaurante pequeño donde comemos todos un poco pegados, pero sin sensación de agobio (que para mi es muy importante). La cocina muy pulcra, la ves desde el comedor. Sitio absolutamente recomendable, y a un precio que ni os lo podéis imaginar, cuando vimos la cuenta nos caímos «patrás», pero porque nos pareció «demasiado»… poco.
Espero que os haya gustado y que os sea útil para próximos viajes nuestra breve,
pero excelente experiencia.
Aunque este post nace realmente para dar las gracias al pueblo portugués por su educación, su trato amable, su gusto por las cosas bonitas y su lucha (que también es nuestra) por salir hacia adelante.
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